El hígado es un órgano que pesa 1,5kg, y es nuestra principal central metabólica y desintoxificante. Recibe sustancias del intestino y se encarga de filtrarlas. Los nutrientes son transformados en azúcar y energía, los carbohidratos se acumulan como glucógeno para tiempos de escasez, se producen las proteínas de la sangre y la bilis. Además el hígado degrada las grasas y el alcohol y “desactiva” los tóxicos que le pueden llegar del intestino.
Ahora bien, cuando nos referimos a una de las enfermedades
que atañe al hígado en estos últimos tiempos, tenemos a la Esteatosis Hepática
o Hígado Graso. Este se caracteriza por una acumulación de triglicéridos en el
tejido hepático. La razón de esta acumulación se desconoce. Sin embargo, el
trastorno es reversible, pero puede progresar a daño crónico e irreversible, si
no es atendido a tiempo. Varias toxinas pueden causar esta afección, como lo es
el alcohol, medicamentos y químicos ambientales.
Dentro de las enfermedades y otros padecimientos que también
pueden ocasionar hígado graso, se encuentran:
- Diabetes
- Desnutrición
- Cirugía de derivación gastrointestinal
- Nutrición parenteral a largo plazo
La terapia nutricional en estos casos, comprende una dieta
adecuada y saludable (gran aporte de frutas y vegetales), restitución de las reservas de energía (en casos de anorexia y sus síntomas,
los cuales provocan pérdida de peso), y dar un alto aporte de proteínas y
carbohidratos al cuerpo. Siendo recomendable en estos casos, realizar comidas
pequeñas y frecuentes si los síntomas digestivos persisten. Y finalmente, no
menos importante, la dieta debe ser baja en grasas y destinar una cantidad adecuada
de agua al día, teniendo en cuenta que mínimo se debe consumir 8 vasos de agua
al día.
Bibliografía: 1) M. Width y T. Reinhard. (2010).Guía básica de bolsillo para el profesional de la nutrición clínica. The Point.
2) Dr. H. Seelig. (2006). Manuales salud de hoy: Análisis clínicos, cómo entenderlos e interpretarlos. Hispano Europea.
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