Las dietas
de baja densidad calórica están asociadas según estudios recientes, con un favorable y adecuado perfil de
nutrientes en hombres y mujeres de edad avanzada.
Mantener una buena salud en las personas mayores es un reto importante para la salud pública. La nutrición desempeña un papel importante en la protección de la salud y la disminución de la progresión de enfermedades. Los nutrientes son esenciales para la estructura del cerebro y su función. La alteración adversa de la situación nutricional, particularmente en los ancianos, se ha asociado con insuficiencia en la función cognitiva. El envejecimiento se acompaña de cambios fisiológicos, tales como la pérdida de apetito y la sensibilidad al gusto, que puede ejercer influencia directa en el estado nutricional. Por lo tanto, no es sorprendente que los adultos mayores estén generalmente en mayor riesgo de deficiencias nutricionales que los adultos más jóvenes. Promover una dieta para los adultos mayores que represente una comida apetitosa con la ingesta adecuada de nutrientes es de suma importancia.
El Bajo consumo de energía en los ancianos puede
ir acompañado de una disminución general de ingesta de nutrientes o por un
aumento en la densidad de nutrientes tales como una selectiva disminución en el
consumo de alimentos no nutritivos como bebidas endulzadas con azúcar. La
densidad de energía de la dieta, se define como la cantidad de energía
alimentaria disponible por unidad de peso, la cual parece desempeñar un papel
en la regulación de la ingesta de alimentos. La baja densidad de energía se ha asociado
con un menor consumo energético, los individuos que consumen una mayor cantidad
de energía son más propensos a cumplir sus necesidades de nutrientes. Aunque,
teóricamente, la restricción de la ingesta de nutrientes puede conducir a un
desequilibrio de estos, varios informes de estudios recientes han sugerido que las
dietas de baja densidad de energía están asociadas con mayor calidad de la
dieta, y resultados favorables en la salud, como la prevención de la obesidad y
la diabetes en la población general.
Es por ello, que basados en los estudios publicados, se tiene que los
hombres y mujeres de edad avanzada que consumen una dieta de baja densidad
energética tienen un patrón de ingesta de micronutrientes generalmente
favorable. Estas dietas de baja densidad de energía se caracterizan por una
mayor la ingesta de vitaminas antioxidantes, vitaminas del complejo B, y un
ingesta superior de nutrientes y antioxidantes en comparación con las dietas de alta
densidad de energía. Este hallazgo es importante debido a la especial
importancia que tienen las Vitaminas del complejo B y los antioxidantes en cuanto a la función cognitiva se refiere; la cual constituye un determinante importante de la calidad de vida en los adultos mayores.
De esta manera, se puede afirmar que las dietas baja densidad de energía en hombres y mujeres de edad avanzada son más fuertemente
asociadas con un patrón de alimentación saludable de la cultura tradicional, y esta se caracteriza por estar representada por la dieta
mediterránea, a diferencia de las dietas de alta densidad energética. Se ha demostrado que
este patrón de alimentación protege contra los factores de riesgo
cardiometabólico y la mortalidad en prematuros de la población general y la población de edad avanzada.
¡Nunca es tarde para cambiar tu estilo de vida, moverte y comer saludable!
Bibliografía: The Journal of Nutrition. (2008). Dietas
de baja densidad calórica asociadas con un favorable y adecuado perfil de
nutrientes en hombres y mujeres de edad avanzada. Girona (España).
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