martes, 3 de septiembre de 2013

Dietas de baja densidad calórica...¿son saludables?


Las dietas de baja densidad calórica están asociadas según estudios recientes, con un favorable y adecuado perfil de nutrientes en hombres y mujeres de edad avanzada.
Mantener una buena salud en las personas mayores es un reto importante para la salud pública. La nutrición desempeña un papel importante en la protección de la salud y la disminución de la progresión de enfermedades. Los nutrientes son esenciales para la estructura del cerebro y su función. La alteración adversa de la situación nutricional, particularmente en los ancianos, se ha asociado con insuficiencia en la función cognitiva. El envejecimiento se acompaña de cambios fisiológicos, tales como la pérdida de apetito y la sensibilidad al gusto, que puede ejercer influencia directa en el estado nutricional. Por lo tanto, no es sorprendente que los adultos mayores estén generalmente en mayor riesgo de deficiencias nutricionales que los adultos más jóvenes. Promover una dieta para los adultos mayores que represente una comida apetitosa con la ingesta adecuada de nutrientes es de suma importancia.
El Bajo consumo de energía en los ancianos puede ir acompañado de una disminución general de ingesta de nutrientes o por un aumento en la densidad de nutrientes tales como una selectiva disminución en el consumo de alimentos no nutritivos como bebidas endulzadas con azúcar. La densidad de energía de la dieta, se define como la cantidad de energía alimentaria disponible por unidad de peso, la cual parece desempeñar un papel en la regulación de la ingesta de alimentos. La baja densidad de energía se ha asociado con un menor consumo energético, los individuos que consumen una mayor cantidad de energía son más propensos a cumplir sus necesidades de nutrientes. Aunque, teóricamente, la restricción de la ingesta de nutrientes puede conducir a un desequilibrio de estos, varios informes de estudios recientes han sugerido que las dietas de baja densidad de energía están asociadas con mayor calidad de la dieta, y resultados favorables en la salud, como la prevención de la obesidad y la diabetes en la población general.

Es por ello, que basados en los estudios publicados, se tiene que los hombres y mujeres de edad avanzada que consumen una dieta de baja densidad energética tienen un patrón de ingesta de micronutrientes generalmente favorable. Estas dietas de baja densidad de energía se caracterizan por una mayor la ingesta de vitaminas antioxidantes, vitaminas del complejo B, y un ingesta superior de nutrientes y antioxidantes en comparación con las dietas de alta densidad de energía. Este hallazgo es importante debido a la especial importancia que tienen las Vitaminas del complejo B y los antioxidantes en cuanto a la función cognitiva se refiere; la cual constituye un determinante importante de la calidad de vida en los adultos mayores.

De esta manera, se puede afirmar que las dietas baja densidad de energía en hombres y mujeres de edad avanzada son más fuertemente asociadas con un patrón de alimentación saludable de la cultura tradicional, y esta se caracteriza por estar representada por la dieta mediterránea, a diferencia de las dietas de alta densidad energética. Se ha demostrado que este patrón de alimentación protege contra los factores de riesgo cardiometabólico y la mortalidad en prematuros de la población general  y la población de edad avanzada.


¡Nunca es tarde para cambiar tu estilo de vida, moverte y comer saludable!


Bibliografía: The Journal of Nutrition. (2008). Dietas de baja densidad calórica asociadas con un favorable y adecuado perfil de nutrientes en hombres y mujeres de edad avanzada. Girona (España).

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