La mandarina es una fruta perteneciente a la familia de las Rutáceas y al género Citrus. Esta es de forma esférica-aplanada en sus polos, de tamaño mediano y peso liviano (entre 50 y 100 g.). Anaranjada por dentro y por fuera, su cáscara es rugosa y fácil de remover, y su pulpa está compuesta por gajos jugosos de sabor dulce y ligeramente ácido.
Esta fruta es originaria de las zonas tropicales de Asia, su nombre alude al color del traje que vestían los mandarines, gobernantes de la antigua China. Su cultivo se introdujo en otros suelos hacia el siglo XIX, y hoy los principales productores son China, España, Japón y Brasil.
Existen cuatro grandes grupos de mandarinas: elementinas, clemenvillas, hibridos y satsumas, que incluyen, a su vez, variedades ligeramente distintas en coloración, tamaño, textura, sabor y períodos de cosecha.
Compuesta principalmente por agua, la mandarina es una fruta con efecto diurético. Además, la pulpa blanca que recubre sus gajos constituye una fuente natural de fibra que estimula el tránsito intestinal.
Es el cítrico con mayor contenido de provitamina A esencial para la visión y el buen funcionamiento del sistema inmunitario. También contiene vitamina C, que favorece la absorción del hierro e interviene en la producción de colágeno y glóbulos rojos.
Por su alto contenido en ácido fólico, imprescindible en los procesos de división y multiplicación celular propios de los primeros meses de gestación, su consumo se recomienda en mujeres embarazadas.
Es una fruta rica en potasio, mineral necesario para la generación y transmisión del impulso nervioso y el adecuado funcionamiento muscular, se sugiere su consumo después de una prolongada actividad física.
El aceite esencial de su corteza tiene propiedades calmantes y tonificantes y resulta un buen ingrediente para preparar lociones corporales.
¡Obtén sus beneficios, consúmela en esta época!
Bibliografía:
-www.consumer.es / www.fao.org. / www.infojardin.com.
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